Casa

La Casa Roberto Marinho siempre ha promovido el encuentro del arte con la educación.

La colección vuelve a su casa

La Casa y la Colección nacieron como fruto del deseo de construir un lenguaje propio del país.

Dos pasos importantes fueron dados por Roberto Marinho en 1939: la construcción de su casa en Cosme Velho y el inicio de su colección de arte especializada en el modernismo brasileño.

Respecto a la residencia, una imagen del Solar de Megaípe, en Pernambuco, inspiró los trazados de su arquitectura neocolonial. Hace una alusión al pasado nacional, novedad pre-modernista en una época en que el estilo ecléctico, de inspiración europea, imperaba en las construcciones de los domicilios particulares cariocas.

Desde un principio, el propietario sabía que la residencia, además de abrigar su familia, debía propiciar la realización de eventos culturales y sociales vinculados a sus funciones empresariales. La casa de Cosme Velho, inaugurada en 1943, fue durante cerca de sesenta años palco de eventos de música, literatura, artes plásticas y teatro. Además, el solar también sirvió como “sede informal del Itamaraty”, al recibir, a pedido del Ministerio de las Relaciones Exteriores, visitantes ilustres y jefes de Estado.

Su acervo de arte comenzó reuniendo pintores contemporáneos del joven periodista, que asumían a Brasil como tema, lenguaje y motor. Buscaban, así, exorcizar el desencanto de los artistas de generaciones precedentes que practicaban temas de la pintura tradicional del Viejo Continente substituyendo ocasionalmente la flora temperada por especímenes tropicales.

A lo largo de los años la colección fue incrementada con algunas obras extranjeras, no obstante, siempre mantuvo su enfoque principal en el arte brasileño, especialmente el Modernismo de los años 1930 y 1940, además del Abstraccionismo Informal. Las paredes del solar de Cosme Velho abrigaron, muchas veces en sistema de rotación, las importantes obras que, al multiplicarse en los años 1980, demandaron su almacenamiento en un local externo específico.

La percepción de la importancia del conjunto reunido generó la preocupación de compartirlo con un público más amplio que apenas los frecuentadores de la residencia, lo que hizo que el coleccionador Roberto Marinho adoptase una política generosa de préstamos de su acervo para instituciones. Además, fueron organizadas, entre 1984 y 2014, doce exhibiciones de sus obras en Río de Janeiro, São Paulo, Belo Horizonte, Fortaleza, Buenos Aires y Lisboa.

Tras el fallecimiento del periodista en 2003, los espacios y paredes de Cosme Velho quedaron en reposo hasta 2014. En este año tuvo inicio el proceso que llevó a su transformación en el Instituto Casa Roberto Marinho, con reformas en la Casa Principal, para convertirla en espacio expositivo, a la cual se agregaron los nuevos edificios de un Espacio Educativo y la Reserva Técnica. Sin culto nostálgico, se ha buscado ofrecer al barrio de Cosme Velho y a Río de Janeiro un espacio dinámico y, al mismo tiempo, tranquilo. Se mantuvo la preocupación de no sobrecargar con elementos arquitectónicos el jardín, proyecto inicial de Burle Marx, un elemento primordial del conjunto.

Exhibir, educar y preservar son los objetivos primordiales de la nueva institución que, a partir del acervo artístico reunido por Roberto Marinho, desarrollará actividades culturales. Sin perder la escala, calma y simplicidad original de una residencia incrustada en una franja de la Floresta de la Tijuca.

Instituto Casa Roberto Marinho

Arte en el Jardín

Casa

El encuentro de la arquitectura neocolonial con la floresta de la Tijuca

La casa de Cosme Velho comenzó a ser construida en 1939 por el ingeniero César Melo Cunha, asistente del renombrado arquitecto Joseph Gire, que también fue responsable por los:proyectos del Copacabana Palace y Palacio Laranjeiras.

La casa fue inspirada en el antiguo Solar de Megaípe, una emblemática hacienda de Pernambuco del siglo XVII. Inaugurada en 1943, fue por cerca de 60 años palco de eventos de música, literatura, artes plásticas y teatro.

Jardín

Proyectado por grandes nombres del paisajismo brasileño

El jardín es un elemento primordial de la casa.

Al pie de la Floresta de la Tijuca, el jardín de Burle Marx fue uno de los primeros a ser proyectados para una propiedad particular con plantas tropicales.

Abrigando especímenes de la selva atlántica, el paisajismo contó inicialmente con el proyecto de Attílio Corrêa Lima y, en los años 1990, Isabel Duprat fue responsable por una remodelación retomando las ideas del paisajista original.

El proyecto preservó la floresta a su alrededor, el Río Carioca, que pasa por la propiedad, y el lago donde el periodista cultivaba carpas.

Roberto Marinho com sua irmã Hilda e seu irmão Ricardo em frente a uma de suas paixões, a obra Santa Cecília (1954), de Portinari.

La Colección

El acervo, formado a lo largo de 60 años, es una importante colección del modernismo y abstraccionismo informal en Brasil.

El acervo del coleccionador Roberto Marinho, que reúne pinturas, grabados y esculturas, tuvo inicio con una apuesta em artistas de su generación, como José Pancetti, Alberto da Veiga Guignard y Candido Portinari.

Incluye también, entre otros trabajos, obras de Di Cavalcanti, Nery, Segall, Dacosta, Tarsila, Burle Marx y Djanira. Así como de Iberê Camargo, Antonio Bandeira, Tomie Ohtake y Manabu Mabe.

Acontecimientos en la Casa